Semana 1

Qué alegría saludarte de nuevo en el Reto Incendiario: Tus primeros 40 Días Ardiendo.

En esta primera semana, hemos explorado quién es el Espíritu Santo, ese compañero de vida que nos invita a una relación más profunda y una vida apasionante cumpliendo los propósitos de Dios en este mundo.

¿Disfrutaste la experiencia?

¿Pudiste conectar con Él?

Ahora, te invito a reflexionar sobre una poderosa parábola que Jesús nos compartió en:

Mateo 25:1-13

Esta parábola nos habla de diez vírgenes divididas en dos grupos: Las prudentes y las imprudentes. La diferencia entre ellas es la posesión del aceite extra que llevaban consigo.

Entiende esto. La lámpara es un instrumento que se fabrica y cumplen la función de Iluminar, en esta parábola simboliza “lo que hacemos para ser luz en el mundo”. Sin embargo, en esta parábola podemos ver que la lámpara es importante, pero no es lo más importante. Porque una lámpara sin aceite no es más que un elemento decorativo que NO CUMPLE SU FUNCIÓN.

El aceite, a diferencia de la lámpara, se cultiva. Es producto de las aceitunas de los olivos, que deben ser regados y abonados. Luego las aceitunas son sometidas a un proceso de quebranto para extraer el aceite. Por lo tanto, el aceite representa algo aún más crucial: nuestra intimidad con Dios. Es algo que cultivamos con esfuerzo y que hace que nuestra lámpara permanezca encendida.

¿Estás cultivando el aceite de intimidad?